Sarkozy se declara
“Siempre amigo
de Israel ” en su primera visita oficial
al país Judio.
Junio
21, 2008
Noticias de JERUSALÉN - Pocos dignatarios europeos han sido recibidos en Israel con el calor y
la fanfarria que Tel Aviv brindó ayer al presidente de Francia. Acompañado por su esposa, Nicolas Sarkozy aterrizó
por la tarde en la capital en medio de una pomposa ceremonia de bienvenida con alfombra roja y banda de música, diseñada
a mayor honor del primer mandatario galo que -desde Chales de Gaulle, y lejos de las posturas de Miterrand o Chirac- ha proclamado
desde el Elíseo su compromiso con el Estado hebreo.
Y Sarkozy, nieto de un judío griego, no defraudó.
«Siempre he sido y siempre seré un amigo de Israel», fueron sus primeras palabras ante los anfitriones:
su homólogo israelí, Simon Peres -que alojará al matrimonio presidencial en su propia residencia- y el
primer ministro, Ehud Olmert. Ambos acudieron a darle la bienvenida agradecidos por el giro en la política exterior
francesa, -la prensa israelí hablaba ayer del «romance» entre París y Tel Aviv-, y la férrea
oposición del jefe de la Quinta República al programa nuclear iraní.
Sin olvidar tampoco que Francia
asumirá el próximo mes la presidencia de turno de la UE, que la pasada semana acordaba iniciar con Israel un
proceso de «asociación especial» de extrema importancia, todavía pendiente de definir.
Sarkozy
llega a Israel decidido a reforzar su imagen como aliado y reparar los vínculos con Washington dañados por la
guerra de Irak, en un mal momento de popularidad dentro de su país, y al borde de una delicada cumbre de la Unión
Mediterránea prevista el próximo día 13 en París, por la que deberá evitar en esta gira
molestar a los líderes árabes, a riesgo de encontrarse con sonadas ausencias entre los invitados.
«Un
acuerdo es posible» Sabedor de que cada paso será «observado de cerca en Israel, por los palestinos y por
el mundo árabe» -señalaba un diplomático galo-, no obvió ayer referirse rápidamente
al proceso de paz con los palestinos para mostrarse a favor de la solución de dos Estados.
«Un acuerdo
es posible, mañana, y permitiría a los dos pueblos vivir lado a lado en paz y seguridad», dijo en referencia
a las conversaciones que se mantienen tras la conferencia de Anápolis. Y añadió: «Creo que el camino
de la paz no está cerrado, he venido a dar mi apoyo, el de Francia y el de la UE, vuestros socios en las negociaciones».
En sintonía con el interés demostrado por Sarkozy en el conflicto regional, el proceso de paz con Damasco
-que el francés quiere impulsar provocando un encuentro entre Olmert y el presidente sirio, Bashar al Assad, en la
cita parisina del día 13-, y el posible inicio de un diálogo entre Israel y el Líbano, estarán,
sin duda, entre los principales puntos de la agenda de esta visita de Estado de tres días.
Durante la estancia,
hoy será el primer inquilinio del Elíseo en hablar ante el Parlamento israelí desde que Miterrand lo
hiciera en 1982, también se desplazará con su esposa a conocer a los padres del soldado franco-judío
capturado por Hamás, Gilad Shalit, y se entrevistará en Belén con el presidente palestino, Mahmud Abbás.