Sarkozy se pone
al Frente de la UE
Noticias Europeas Junio
29, 2008
Francia ocupará el martes la Presidencia rotatoria de la Unión.
El semestre estará marcado por la crisis económica y por las consecuencias del 'no' irlandés
al Tratado de Lisboa.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, asumirá el próximo martes 1 de
julio la Presidencia de turno de la Unión Europea que centrará sus trabajos en el control de los flujos migratorios,
la lucha contra el cambio climático, la política agrícola comunitaria y el impulso de la Europa de la
defensa bajo la sombra de crisis económica mundial y la crisis institucional que ha proyectado en Bruselas el 'no'
irlandés al Tratado de Lisboa.
París repite que las prioridades del semestre no se verán
alteradas por el rechazo de Irlanda al Tratado pero, por lo pronto, Sarkozy viajará a Dublín el próximo
11 de julio para escuchar el análisis de la situación que hace el Gobierno del primer ministro, Brian Cowen,
y ver qué perspectivas reales hay de encontrar una solución en octubre al nuevo traspiés, cuando los
27 vuelvan a reunirse para abordar el 'problema irlandés'.
El desinterés europeo mostrado
por Irlanda ha llevado asimismo a las autoridades franceses a recalcar la idea de que Europa tiene que acercarse a los ciudadanos,
solucionar sus problemas reales y tomar medidas concretas e inmediatas para "protegerles y mejorar su vida cotidiana",
en palabras del propio Sarkozy.
En ese contexto sitúa el Gobierno francés su intención de
sacar adelante un pacto europeo sobre inmigración, en cuya redacción ha trabajado España, que será
presentado a los Ministros de Justicia e Interior en la cita informal que mantendrán los próximos 7 y 8 de julio
en Cannes.
Elaborado por el titular de Inmigración y fiel colaborador de Sarkozy, Brice Hortefeux, el pacto
pretende incrementar la coordinación europea para luchar contra la inmigración ilegal reforzando para ello los
medios de la Agencia Europea de Fronteras (Frontex), facilitar la integración de los inmigrantes legales, poner las
bases de una política europea de asilo y ayudar al desarrollo de los países origen de la inmigración.
Otro de los objetivos del semestre será hacer frente al desafío climático, área en
el que el objetivo es sacar adelante el paquete 'energía-clima' planteado por la Comisión Europea con
medidas concretas de reducción de emisiones y desarrollo de energías renovables.
Clima y energía
El reto climático va unido al energético. Francia promoverá una estrategia europea que refuerce
la independencia de la UE y medidas que alivien a los sectores de la población que más sufren el alza del precio
del petróleo, a pesar de que Sarkozy ha propuesto en varias ocasiones, y siempre sin éxito, modular el IVA de
los carburantes según el precio del crudo.
La crisis alimentaria y la obligación de la Política
Agrícola Común (PAC) de adaptarse al nuevo contexto mundial marcado por las dificultades para producir alimentos,
los riesgos crecientes sobre el medio ambiente o la desertificación de territorios rurales destinados al cultivo deberán
tenerse en cuenta a la hora de realizar el denominado 'chequeo médico' de la PAC, que París
quiere abordar durante el semestre. Francia, principal beneficiaria de las ayudas agrícolas comunitarias, dice no querer
"imponer" su visión de la PAC sino celebrar un debate "sereno" sobre la evolución de esa
política antes de 2012, fecha en la que expiran las actuales perspectivas financieras.
Pero la batalla
con el Ejecutivo comunitario está ya abierta porque Sarkozy acusa sin tapujos al comisario de Comercio, Peter Mandelson,
de poner en riesgo los intereses de los agricultores europeos haciendo demasiadas concesiones para lograr un acuerdo en la
Organización Mundial de Comercio (OMC).
La defensa y la seguridad europea será el cuarto eje de
la Presidencia, que quiere aumentar las capacidades militares y civiles de los Estados europeos en materia de proyección
de fuerzas, de capacidad marítima, de observación espacial, industria de defensa y planificación.
Habrá que ver si las reticencias de Irlanda a la integración europea en defensa no dejan en papel mojado
las pretensiones galas.
Finalmente, la inminente Presidencia de la UE pretende optimizar los medios europeos para
hacer frente a la inestabilidad de los mercados financieros y a la tan traída crisis económica.
Sarkozy inicia su
“reinado” europeo en plena crisis institucional de la UE
Francia asume el martes el mando semestral de la Unión con el reto de sacar adelante el Tratado de
Lisboa
París acogerá dentro de dos semanas la cumbre de la Unión por el Mediterráneo
que impulsa el presidente galo
Junio 29, 2008 Noticias Europeas
Podrán
criticarle sus excesos, afearle su populismo, denostar su afán de protagonismo y hasta negarle la categoría
de estadista de talla. Pero nadie puede decir que Nicolas Sarkozy no tiene carisma. A partir del martes, el mandatario francés
asumirá la Presidencia de la Unión Europea, inmersa desde hace un par de semanas en una seria crisis institucional
por el no irlandés al Tratado de Lisboa. Desnortada por la falta de un liderazgo político claro, la UE se encomienda
durante los próximos seis meses a quien más ansía convertirse en el faro que ilumine la Europa del futuro.
De
momento, la UE ha aceptado dar a los irlandeses un plazo razonable para encontrar una solución y liberarlos de cualquier
presión, manteniendo intactos los planes de ratificación del Tratado en el resto de países. Pero si la
cosa se complica y en octubre no hay una ruta de salida convincente, todo el mundo mirará a Sarkozy.
No parece
que el presidente galo tema ese papel de desatascador, teniendo en cuenta que han sido precisamente las presidencias más
complicadas las que han permitido a sus ocupantes lucir el cargo. Pocos se acuerdan de los recientes mandatos de Luxemburgo,
Austria, Finlandia y Portugal, pero pocos olvidan que fue Tony Blair quien cuadró a la británica el presupuesto
2007-2013, y que sin la firmeza germánica de Angela Merkel habría sido imposible alumbrar el Tratado y olvidar
el fiasco de la Constitución.
Al margen de la cuestión institucional, Sarkozy también quiere reconducir
las relaciones de la UE con sus vecinos, y en ese marco ha convocado para dentro de dos semanas la cumbre de la Unión
por el Mediterráneo. Será el primer gran acto de su reinado, y unirá en París a los líderes
de la Unión y de los países ribereños, a los que Francia pretende convencer de que olviden sus sueños
de adhesión a cambio de una asociación privilegiada.
Protagonismo
La fórmula
no convence a todos sus socios, y aunque la cita podría concluir en fracaso, lo cierto es que garantizará al
anfitrión el protagonismo que desea para dar comienzo a su semestre de gloria entre fuegos de artificio. Porque la
cumbre se celebrará el 13 de julio, víspera de la Fiesta Nacional gala, con los Campos Elíseos repletos
de banderas y el fervor patrio a flor de piel.
En los trece meses que lleva a la cabeza de la República, Sarkozy
ha mantenido a sus compatriotas pendientes día a día de lo que pasaba en el Elíseo, tanto en los despachos
oficiales como tras los muros de las dependencias privadas del palacio.
En apenas un año, el presidente se ha
divorciado, se ha casado, ha tramitado en persona la liberación de las enfermeras búlgaras en Libia y de la
tripulación española detenida en el Chad; ha anunciado una nueva generación de centrales nucleares, ha
augurado el fin del espíritu de mayo del 68 y de la semana de 35 horas, y se ha enfrentado a sindicatos, estudiantes,
periodistas, a los pequeños delincuentes de las barriadas y hasta a un agricultor que se negó a darle la mano
frente a las cámaras en una feria. A partir de ahora, su audiencia serán 500 millones de europeos.